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El paraíso está en Galeras


Vista desde Casa El Paraíso sobre la Bahía de Samaná.


Samaná, República Dominicana. Hace algo así como diez años, José Raúl Nova sacó la cabeza del agua mientras buceaba con una familia de delfines por la bahía de Samaná para encontrarse con una imponente montaña, que casi que se metía en el mar. Conmovido con la escena y con el lugar, se propuso a ser parte de ese territorio. Ese momento no tardó mucho en llegar ya que el capitán de la lancha que los llevaba ese día en la excursión de buceo, tenía unos familiares que vivían allá y que justamente estaban vendiendo un terreno. Dos años más tarde, José Raúl estaba culminando la construcción de la que es hoy en día Casa El Paraíso.


Uno de los búngalos y detalles de un baño y un balcón en una habitación.

 

El Paraíso fue durante algunos años su segunda casa. Sin embargo, cuando los hijos crecieron y se fueron a vivir al exterior, José Raúl y su esposa decidieron abrir el mágico lugar al público, convirtiéndolo en un de los más bellos hoteles ecológicos de la península de Samaná. El alojamiento cuenta con nueve bungalós, diseñados, construidos y decorados por José Raúl, con un predominante uso de materiales y artesanías locales, lo que les da un toque rústico y muy auténtico. Las habitaciones son casi al aire libre: algunos muros no están y duerme uno literalmente embebido entre la vegetación de esa maravillosa montaña. No se necesitan aire acondicionado o ventiladores que ya la península goza de una constante, refrescante e inagotable brisa marina.


La piscina infinita.
La piscina infinita.

Aparte de los bungalós, hay una palapa (maloca) central donde funcionan la cocina y el comedor y frente a esta, dos jacuzzis (con agua caliente, porque en las tardes hace frio) y una piscina infinita, enchapada en piedra natural que da la sensación de estarse bañando en un manantial. Hay también una “playita” -un lugar con piso de arena, poltronas y hamacas para pasar el día-, así como un peculiar sauna que funciona a base de leña.


Y aunque todo en las instalaciones es muy bello, único y especial lo mejor del lugar es su insuperable vista sobre la bahía, lugar al que entre los meses de enero y marzo vienen las ballenas jorobadas a dar a luz y aparearse.


La playita.
La playita.

Ver las ballenas es sin duda un gran motivo para hospedarse en Casa El Paraíso, sin embargo, cualquier momento del año es perfecto para ir ya que hay muchas otras maravillas por descubrir: en Galeras no solo están varias de las playas más lindas de la República Dominicana como son El Rincón o El Valle sino también, uno de los mejores chefs con que me haya topado en este país.


Se trata del milanés Mirko Casagrande, quien se ocupa de todo el servicio de alimentos y bebidas, el cual es abastecido en una gran parte con vivieres que plantan en la propiedad y con pesca local. También trabaja con algunos productos importados como impecables cortes Angus certificados que prepara cuidadosamente al carbón.


La mesa de Mirko.
La mesa de Mirko.

El estilo de Mirko es fresco, privilegiando el sabor y la textura natural de lo que sirve;sus platos, abundantes y exquisitos hacen que uno se quiera quedar a vivir allá. Para beber, tienen una buena selección de bebidas y vinos y si uno quiere llevar el suyo, no hay problema, le prestan las copas, la nevera o lo que necesite sin cobrarle descorche.


Por José Raúl, que siempre está ahí encargándose de que todo funcione y que uno se sienta en casa; por Mirko con esa delicia de comida de sirve y porque difícilmente hay otro lugar con mejor naturaleza alrededor, Casa El Paraíso pasa a ser uno de mis lugares favoritos en este país que no para de sorprenderme. ¡Muy recomendado!


Para más información y reservas visite: https://www.casaelparaiso.com/es

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