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Morísoñando, alma dominicana a la mesa


Santo Domingo, República Dominicana. Llevo viviendo en este país desde noviembre del año pasado y no había logrado encontrar un lugar en donde pudiera experimentar la cocina local de la manera en que los chefs latinoamericanos los están haciendo en otras capitales de la región. Todos los sitios a los que voy son de comida internacional y aunque la hacen muy bien y la sirven en lugares muy lindos, me he sentido como si hubiera viajado atrás en el tiempo cuando la cocina local en Latinoamérica era algo para esconder.


Mi mesa

Por fortuna mía y gracias a mi bella amiga Mariam Suarez, dominicana radicada en Colombia, me enteré de este lugar que no tardé en ir a visitar en cuanto me explicaron de qué se trataba. Resulta que Morísoñando es un restaurante de nueva cocina dominicana, creación de la chef Inés Páez, una talentosa mujer que se ha dedicado activamente a rescatar el patrimonio gastronómico de su país, dándole prioridad y visibilidad al producto y a los productores locales.


Dentro de sus múltiples logros está el de haber liderado la formulación de la primera Legislación Gastronómica de República Dominicana, Ley 20 -18, con la que se consiguió que dicha gastronomía sea considerada patrimonio inmaterial de la nación. Un hecho fundamental en un país en el que la cocina internacional es más relevante que la nacional, no solo en la esfera de restaurantes para clientes locales si no también en los orientados al sector de turismo, el mayor rubro del PIB de este país.    


Cerámica local

Siguiendo por la misma línea de sus homólogos en otras ciudades del mundo, este restaurante está ubicado en un lugar totalmente inesperado y muy lejos de la zona de restaurantes de Santo Domingo. Queda en un parque de bodegas cerca al aeropuerto y cuando uno pone la dirección en el GPS para saber cómo llegar, de inmediato piensa que hay un error en la red.


Al llegar, me di cuenta que su ubicación a las afueras de la ciudad no solo es un detalle que me encanta sino que además lo libra a uno de meterse en el infernal tráfico que aqueja a Santo Domingo por estos días. Además, es una ubicación perfecta para que turistas alojados al este del país, en Casa de Campo o Punta Cana puedan llegar rápido y sin tráfico.


Morísoñando es un lugar hermoso. Su decoración inspirada en la cultura local con lámparas, cerámicas, vajilla y mobiliario, fabricados localmente, logra un ambiente único e irrepetible. El comedor es muy amplio y bien iluminado y la cocina es a la vista, un detalle poco usual en los restaurantes de este país.


El cangrejo guisado

En cuanto a la comida, la propuesta gira en torno al esfuerzo por dar visibilidad a los productores, pescadores y artesanos de las diferentes zonas del país, creando para ellos platos maravillosos como las ostras frescas de Cabrera, la langosta de Barahona o el pulpo de Manzanillo, algunas de sus más vendidas entradas.


Hablando de los fuertes, la oferta comprende una completa selección de los platos típicos más icónicos del país como el chivo, que lo sirven sobre unos perfectos ñoquis de plátano maduro; el mofongo, un puré de plátano con chicharrones por encima, o el cangrejo guisado que se puede pedir con arroz blanco o tostones. ¡Uf!


Cocteles, casabe y pancitos de agua con mantequilla de cajuil

Para beber nos ofrecieron una carta de cocteles, elaborada con el mismo rigor en cuanto a investigación y uso del producto local. Ingredientes como mucilago de cacao, guarapo de piña, chinola de la zona de Miches y ron dominicano, mandan la parada en su notable propuesta de mixología que, en mi caso, opacó cualquier intención de pedir una botella de vino para maridar el almuerzo.


Sin mucho pensarlo nos lanzamos a pedir varios de los maravillosos brebajes creados en el lugar como el Warapo, el Embrujo del Sur y el Plátano Power. Tomamos la decisión correcta; tremenda experiencia de maridaje.


Morisoñando, que es el nombre de una bebida local a base de leche y jugo de naranja que se toma helada, es ese estilo de lugares que alegran la vida y que me recuerdan lo importante que somos como industria -los restaurantes- para el desarrollo del sector agrícola de nuestros países. Aplausos para la Chef Tita.


Para más información y reservas visite en Instagram @morisonandorest.

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